miércoles, 29 de abril de 2009

¿Unidos por el destino?

El título de la publicidad de la transnacional Burger King Company nos lleva a recordar algo de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, “Manifest Destiny” proclamación hecha por John O´Sullivan en 1839 y usada políticamente para acreditar la expansión territorial e ideológica de los EUA, incluso para la anexión de Texas en 1840.
En su campaña lanzada hace algunas semanas, y ya retirada, titulada “Unidos por el Destino” nos presentan a dos personajes; un hombre alto, blanco, vestido de vaquero y un hombre bajito regordete vestido de luchador con los colores de la bandera mexicana y utilizando el escudo nacional en una especie de zarape. En su contenido se da el encuentro de estos personajes por un anuncio de ocasión, conviven y uno suple al otro en sus carencias por lo que la comunión de dos personas tan diferentes resulta un éxito. Dicha publicidad, en la realidad, fue objeto de reclamo por el embajador mexicano en España Jorge Zermeño, el cual adujo que la campaña “denigraba a los mexicanos y utilizaba indebidamente los símbolos patrios” solicitando así el retiro de la misma. La compañía en cuestión la retiró al cabo de una semana del descontento mexicano. Sin embargo con un descafeinado comunicado de prensa solo estableció que la publicidad se hizo conforme a derecho y que la retiraba por respeto a la cultura mexicana. No cabe duda que la imagen que presentó la compañía encargada de este spot, Crispin Porter + Bogusky, refleja la asimetría con la que los vecinos del norte ven a los mexicanos, una asimetría que se intenta contrarrestar con una clara y mutua necesidad, pero tampoco deja duda en que México (país) y Texas (estado) son compatibles. En este sentido es vital no caer en la tan recurrida pasión por la patria, por lo que hay que sopesar debidamente el contexto en el que se da dicha publicidad. Sí BKC incurre en el indebido uso de los símbolos nacionales mexicanos por lo tanto estuvo en su derecho el patriota Zermeño como representante del gobierno el hacer sentir su desaprobación y el pertinente retiro de la misma.
Pero por otro lado reclamar que la imagen denigra la cultura del mexicano es un equívoco de parte del canciller mexicano, al grado que la declaración de BKC enfatizó en esta cuestión. Al reclamar lo anterior damos por hecho que esa es la cultura mexicana, sería más certero aclarar que forma parte de la cultura. Ahora, es realmente ofensiva esta campaña o se ha llamado a escena al complejo de inferioridad mexicano, que hay quienes lo interpretan como orgullo mexicano. Si el orgullo fuera tal, no se recurriría a él en estos casos. Se utilizaría para pagar los impuestos, para atacar la corrupción, para desacreditar al narco, etc. Por que el embajador de los EUA en México nunca ha reclamado por el anuncio de la cerveza Victoria, en la cual se ridiculiza a unos gringos que intentan sin éxito llevarse la dicha cerveza a los EUA y nunca lo logran. Será pues que no le ofende o simplemente no se ocupan de ello. Hay que recurrir a la razón por sobre la pasión.
En el negocio de la publicidad prima el impacto de la campaña por sobre cualquier ética, lo que vale es que el producto se conozca y por consiguiente se venda. Ese es el trabajo de un publicista le guste o no al Sr. Embajador o los mexicanos. Basta de esconderse detrás de una bandera, basta de recurrir al complejo de inferioridad como defensa de la patria. La publicidad más efectiva es la que se hace con el día a día, hay que dejar atrás los estereotipos para no ser objeto de ellos.
De todas maneras BKC logró posicionarse en los encabezados de los periódicos de mayor circulación en México y España así como su ya famosa Texican Whopper por lo que la campaña podrá ser considerada efectiva sin embargo resultó insostenible, solo quedará a gusto de los consumidores españoles e ingleses si la hamburguesa valió el descontentó que generó en el gobierno mexicano. Al final los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de Norte América seguirán unidos por el ya manifiesto TLCAN y por el territorio (entre muchas cosas), más que por el desafortunado destino del ya manifestado spot publicitario.

Eugenio Rivas Sada